Artículo orginalmente escrito para la revista «Mami y yo».
Se ha vuelto un tema muy común el de los despertares de los niños en la noche, tan común que ya ese sueño interrumpido se da por sentado. Muchos padres y profesionales han llegado a ver estas despertadas como “algo normal” y se escuchan cosas como: “Mi hijo de 1 año aún despierta en las noches a comer, pero sabemos que es algo natural, ya que es lactado”, “mi bebé de 10 meses se despierta en la noche varias veces, me dijeron que eso es normal, que el sueño se regulariza como a los 7 años”.
Considerar los despertares como una eventualidad ‘natural’ pone en riesgo el desarrollo óptimo de una diversidad de aspectos en el bebé o el niño, la salud de los padres y de la paternidad misma.
Esto es uno de tantos problemas en el sueño que pueden ser eliminados creando hábitos de sueño saludables, siempre y cuando no haya razones médicas que estén causándolos, causa poco común esta.
A continuación, un listado de 4 razones bien comunes por las cuales los niños despiertan en la noche:
Desde el nacimiento hasta los 4 años los niños necesitan descansar durante el día. Mientras más pequeños más siestas deben hacer. Tomemos cuenta que partir de los 18 meses solo necesitan 1 siesta, siendo esta eliminada naturalmente a la edad de 4 años en los niños que obtienen la adecuada cantidad de horas de sueño en las noches.
Cuando un niño deja de hacer sus siestas correspondientes su cuerpo libera cortisol para poder mantenerse despierto. El cortisol es la hormona del estrés y es una hormona que puede ser hasta dañina en alta dosis y cuando es asidua en tu organismo. El cortisol liberado en el día perjudica el sueño de la noche.
Mientras más tarde se duermen los bebes y niños más probabilidad hay de que despierten en la noche. Se acumulan deudas de sueño, y se altera hasta su comportamiento. Lo adecuado para niños de 4 meses a 5 años es dormirse lo más cercano a las 7 de la noche. A esa hora la hormona llamada melatonina está presente en nuestro organismo en su mayor y optima abundancia y hay que tomar en cuenta que esta participa muy activamente en nuestro ciclo del sueño. Dormirlos a las 7pm es sinónimo de orden en cuanto a sueño se refiere.
Nuestro entorno inmediato influye en que el sueño sea menos o más profundo y en consecuencia alteran la frecuencia de las despertadas.
Tomemos en cuenta:
4. Poca exposición a la naturaleza.
Esta es una época donde la inseguridad y el exceso de entretenimientos a través de pantallas nos lleva a dejar a nuestros hijos todo el día encerrados en la casa, esto podemos y debemos modificarlo. Estar expuestos 24h a las ondas electromagnéticas de todos los aparatos electrónicos de nuestro hogar es dañino y afecta la producción de melatonina, por lo tanto la calidad del sueño. Se necesita estar al alcance de los rayos del sol, respirar aire puro, correr, explorar y disfrutar de lo que nos ofrece la madre naturaleza.
Existen más razones por las que seguimos privados de un sueño saludable y a todas ellas podemos combatirlas con técnicas, rutinas y otras soluciones. El sueño es una prioridad en nuestras familias, su importancia nunca se debe subestimar. Hay que instruirse buscando material informativo acerca de este, evitemos guiarnos de mitos y recomendaciones sin fundamentos. Recurrir a profesionales especializados en el tema buscando ayuda, guía y apoyo en el proceso de mejorar el sueño de tu hijo es una ideal alternativa.
Dormir no es un lujo, es una necesidad.
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